Las sospechas sobre las malas prácticas condicionan a la firma tecnológica

Subvmersive Metaverse, un fondo cotizado (ETF) de reciente creación, enfocado en el desarrollo del metaverso y todo su potencial, se ha decantado por dejar fuera de juego a la compañía de Zuckerberg. La razón, según ha expuesto su fundador, Michael Auerbach, radica en la mala reputación que la tecnológica ostenta últimamente, desde el punto de vista de la privacidad.

Lo cierto es que la polémica ha rodeado en repetidas ocasiones a la empresa, obligando incluso a su creador a testificar ante el Congreso. Despuntando apenas 2022, se enfrenta a dos nuevas demandas en Reino Unido y Estados Unidos, por abuso de posición dominante en el mercado y monopolio, respectivamente.

Teniendo en cuenta que uno de los objetivos del fondo es poner en entredicho la honradez imperante en el panorama digital, no resulta sorprendente su postura respecto a Meta. No sólo la ha excluido, sino que además ha optado por posicionarse en corto contra sus acciones. El gestor de la cartera, Christian Cooper, se ha hecho eco al declarar que quieren que la industria se desarrolle sin ser “Zucked-up”. Se trata de un juego de palabras con el apellido del creador de Facebook, “sucked-up” significa ser absorbido en inglés.

El fondo sí dispone de la participación de acciones de Block

El ETF cuenta entre sus participaciones con acciones de gigantes tecnológicos, como Microsoft, Google, Sony y la plataforma de juegos online Roblox. También cuenta con participación de compañías que, sin estar orientadas al metaverso, podrían lucrarse con su potencial rentabilidad.

Asimismo, afirma que tiene intención de invertir en empresas vinculadas con innovación en el ámbito del metaverso, sin importar el sector. Uno de sus targets son los jóvenes, y para captar su inversión está sondeando contenidos como el cambio climático o la marihuana.

La estrategia de Meta

El enfoque de Zuckerberg en cuanto a innovación y desarrollo del metaverso se ha centrado en el hardware. Está inmerso en la creación de un superordenador de inteligencia artificial al que ha bautizado como Research SuperCluster (RSC).

La finalidad va más allá de mejorar la realidad aumentada. Aspira a facilitar la constitución de sistemas capaces de procesar millones de patrones y cientos de lenguajes, sublimar el análisis de distintos formatos (vídeo, texto e imagen), entre otras cosas. Según afirma, será el ordenador más rápido y potente de los tiempos y su lanzamiento está previsto para este mismo año.

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