La empresa de software Raydiant quiere introducir este tipo de pantallas en los restaurantes de cadenas rápidas para realizar pedidos mediante inteligencia artificial (IA).

Su funcionamiento es el siguiente: los usuarios tendrán que situarse delante de la pantalla, donde una cámara escaneará su altura, sexo, edad y estado de ánimo. Una vez realizado este paso, la IA analizará los rasgos y propondrá el menú más recomendable al usuario.

Por parte de la compañía se ha esclarecido que el software deja de lado la clasificación por raza o forma de cuerpo y se ha afirmado que son conscientes de la preocupación que supone su utilización por parte de los usuarios respecto a sus datos personales. En este sentido, la compañía afirma no guardar información individualizada ni vender la misma a terceros.

Raydiant aclara que la tecnología incorpora privacidad de forma determinada, es decir, que solo procesa y recopila datos anónimos.

Desde el punto de vista ético, la empresa afirma no tener nada que ver en el caso de que solo se muestre comida basura a los usuarios, ya que los resultados generados serán controlados por los restaurantes.

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