La Comisión de Protección de Datos irlandesa (DPC, en inglés) anunció esta semana una multa de 5,5 millones de euros a WhatsApp, una de las empresas pertenecientes a la compañía META.

Sin embargo, la cuantía de la misma no ha parecido convencer a los demandantes y el público en general, quienes entienden que la DPC ha pasado por alto importantes claves del caso, así como la decisión del Comité Europeo de Protección de Datos (EDPB).

En este sentido, algunas voces se han atrevido a afirmar que Irlanda está rompiendo lazos con sus socios europeos así como con la legislación irlandesa y comunitaria.

El motivo de la sanción se remonta a una demanda interpuesta por un ciudadano alemán en mayo de 2018, tras la entrada en vigor del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). En aquel momento, las plataformas pertenecientes a la compañía, modificador sus políticas de privacidad de la noche a la mañana, literalmente.

A este respecto, el RGPD exige que las empresas, como responsables del tratamiento, tengan una base legitimadora para llevar a cabo el tratamiento de los datos personales de los interesados. Sin embargo, Meta legitimó dichos tratamientos en una incorrecta base legal.

De esta forma, no recabaron el necesario consentimiento explícito de los interesados para poder enviarles publicidad personalizada, afirmando que el tratamiento de datos era realizado para velar por el correcto funcionamiento de la aplicación.

Debido a la relevancia del caso y a que el primer borrador de resolución emitido por la DPC irlandesa imponía unas multas irrisorias, el EDPB acabó pronunciándose al respecto.

Entiende el EDPB que WhatsApp no puede forzar a sus usuarios a aceptar el uso de sus datos para el que el servicio “mejore”. Pero la clave de la resolución, como es el uso que hacía Meta de esos datos para servir publicidad personalizada, no lo atiende la propia DPC.

En conclusión, las relaciones entre la DPC y el resto de autoridades europeas se ha visto muy deteriorada debido a las actuaciones practicas por esta, ya que parece que ha permitido de una forma u otra, que la compañía Meta haya sorteado la aplicación del RGPD, en mayor o menor medida.

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